Un niño estaba parado, descalzo, frente a una tienda de
zapatos temblando de frío. Una señora se acercó y le dijo:
- Mi pequeño amigo ¿qué estás mirando con tanto interés en
esa ventana?
Él respondió:
- Le estoy pidiendo a Dios que me dé un par de zapatos"
La señora lo tomó de
la mano y lo llevó adentro de la tienda y pidió a un empleado media docena de
pares de calcetines para el niño y un
par de zapatos. Preguntó si podría prestarle una tina con agua y una toalla y
llevó al niño a la parte trasera de la tienda. Con cariño empezó a lavar los
pies del niño y se los secó, luego le colocó los calcetines y los zapatos. Le
entregó el resto de los calcetines que puso en una bolsa y ella acarició al
niño en la cabeza y le dijo:
- No hay duda pequeño amigo, que te sientes más cómodo
ahora.
Mientras ella daba la
vuelta para marcharse, el niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la mano,
mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:
- ¿Es usted la esposa de Dios?
La Señora le
respondió:
- No, solamente soy una mujer agradecida con todo lo que El
me ha dado!
Queridos amigos,
Se imaginan qué diferente sería el mundo si en alguna
ocasión pudiésemos actuar así?
Dios es compasivo y misericordioso y al serlo nosotros, nos
parecemos a El un poco. Muchas veces
podemos hacerlo, pero no lo hacemos! Pensamos hacer un bien , pero solo se
queda en eso… en un buen pensamiento. Da y recibirás duplicado te lo aseguro,
porque en una simple sonrisa que te devuelvan, a veces va toda la gratitud del
mundo. Acuérdate que el prójimo es el que esta más cerca de nosotros, ya
hiciste algo hoy por tu hermano, por tu esposa, por tu hijo, por tu madre?
Yo hoy me decidí a compartir este mensaje, pero tal vez muchos no serán capaces de hacerlo, yo si lo hago con enorme gusto y porque también estoy infinitamente
agradecido con lo que Dios me ha dado hasta hoy!
Lluvia de bendiciones para tu vida!
0 coment�rios: