Un niño estaba parado, descalzo, frente a una tienda de zapatos temblando de frío. Una señora se acercó y le dijo: - Mi pequeño amigo ¿...
El niño y el par de zapatos
Un niño estaba parado, descalzo, frente a una tienda de
zapatos temblando de frío. Una señora se acercó y le dijo:
- Mi pequeño amigo ¿qué estás mirando con tanto interés en
esa ventana?
Él respondió:
- Le estoy pidiendo a Dios que me dé un par de zapatos"
La señora lo tomó de
la mano y lo llevó adentro de la tienda y pidió a un empleado media docena de
pares de calcetines para el niño y un
par de zapatos. Preguntó si podría prestarle una tina con agua y una toalla y
llevó al niño a la parte trasera de la tienda. Con cariño empezó a lavar los
pies del niño y se los secó, luego le colocó los calcetines y los zapatos. Le
entregó el resto de los calcetines que puso en una bolsa y ella acarició al
niño en la cabeza y le dijo:
- No hay duda pequeño amigo, que te sientes más cómodo
ahora.
Mientras ella daba la
vuelta para marcharse, el niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la mano,
mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:
- ¿Es usted la esposa de Dios?
La Señora le
respondió:
- No, solamente soy una mujer agradecida con todo lo que El
me ha dado!
Queridos amigos,
Se imaginan qué diferente sería el mundo si en alguna
ocasión pudiésemos actuar así?
Dios es compasivo y misericordioso y al serlo nosotros, nos
parecemos a El un poco. Muchas veces
podemos hacerlo, pero no lo hacemos! Pensamos hacer un bien , pero solo se
queda en eso… en un buen pensamiento. Da y recibirás duplicado te lo aseguro,
porque en una simple sonrisa que te devuelvan, a veces va toda la gratitud del
mundo. Acuérdate que el prójimo es el que esta más cerca de nosotros, ya
hiciste algo hoy por tu hermano, por tu esposa, por tu hijo, por tu madre?
Yo hoy me decidí a compartir este mensaje, pero tal vez muchos no serán capaces de hacerlo, yo si lo hago con enorme gusto y porque también estoy infinitamente
agradecido con lo que Dios me ha dado hasta hoy!
Lluvia de bendiciones para tu vida!
Cuando pasa el tiempo y se hace uno viejo, te olvidas hasta del día en que vives, no sabes si es lunes o martes o si es día 15 o se acaba...
El día que me volví invisible
Cuando pasa el tiempo y se hace uno viejo, te olvidas hasta
del día en que vives, no sabes si es lunes o martes o si es día 15 o se acaba
el mes…
En casa no hay calendarios y en mi memoria los
acontecimientos están hechos una maraña.
Me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unas chuladas,
ilustrados con imágenes de los santos y de bellos paisajes que colgábamos al
lado del tocador. Ya no hay nada de eso. Todas las cosas antiguas han ido
desapareciendo. Y yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.
Primero me cambiaron de habitación, pues la familia creció.
Después me pasaron a otra más pequeña para acompañar a mis biznietas. Ahora ocupo el desván, el
que está en el patio de atrás.
Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se
les olvido y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta
mis dolores reumáticos. Desde hace mucho tiempo tenía intención de escribir,
pero me pasaba semanas buscando un lápiz. Y cuando al fin lo encontraba, yo
misma volvía a olvidar donde lo había puesto. A mis años las cosas se pierden
fácilmente.
La otra tarde caí en
cuenta que mi voz también ha desparecido.
Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan
o solo a veces…
Todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos,
escuchando atenta lo que dicen.
A veces intervengo en la conversación, segura de que lo que
voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno y de que les va a servir de mucho
mis consejos. Pero no me oyen, no me miran, no me responden. Entonces llena de
tristeza me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar mi taza de café. Lo
hago asi, de pronto, para que comprendan que estoy enojada, para que se den
cuenta que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdón… Pero nadie
viene.
El otro día les dije que cuando me muera entonces si me iban
a extrañar.
Mi nieto mas pequeño dijo
-¿Estas viva abuela?
Les cayó tan en gracia, que no paraban de reír.
Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana
entro uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me
dio.
Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible, me
paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija
sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de uno a otro
lado, sin tropezare conmigo.
Cuando mi yerno se enfermo, pensé tener la oportunidad de
serle útil, le lleve un te especial que yo misma prepare. Se lo puse en la
mesita y me senté a esperar que se lo tomara, solo que estaba viendo televisión
y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia.
El te poco a poco se fue enfriando y mi corazón con el.
Un día se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente
nos iríamos todos de día de campo. Me puse muy contenta. ¡Hacia tanto tiempo
que no salía y menos al campo!
El sábado fui la primera en levantarme. Quise arreglar las
cosas con calma.
Los viejos nos tardamos mocho en hacer cualquier cosa, así
que me tome mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa
corriendo y echaban las bolsas y juguetes al carro.
Yo ya estaba lista y muy alegre, me pare en el zaguán a
esperarlos.
Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en
bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabía en el
auto o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a
su gusto por el bosque.
Sentí clarito como mi corazón se encogía, la barbilla me temblaba como cuando uno se aguanta las ganas de
llorar.
Yo los entiendo, ellos si hacen cosas importantes. Ríen,
gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan… Y yo, ya no se a que saben los
besos!!
Antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que
me daba tenerlos en mis brazos,
como si fueran míos. Sentía su piel tiernita y su
respiración dulzona muy cerca de mí.
La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por
cantar canciones de cuna que nunca creí recordar. Pero un día mi nieta Laura,
que acababa de tener un bebe dijo que no era bueno que los ancianos besaran a
los niños, por cuestiones de salud. Desde entonces ya no me acerque más a
ellos, no fuera que les pasara algo malo por mis imprudencias.
¡ Tengo tanto miedo de contagiarlos ¡
Yo los bendigo a todos y les perdono…
Porque ¿Que culpa tiene los pobres de que yo me haya vuelto
invisible?
El otro día me quedé mirando fijo las manos de mi madre. Ella estaba tendida sobre la cama, descansando un rato y no se percató de mi e...
LAS MANOS DE MI MADRE
El otro día me quedé mirando fijo las manos de mi madre.
Ella estaba tendida sobre la cama, descansando un rato y no se percató de mi
entrada a su alcoba.
La miré de pies a cabeza, pero sus manos me llamaron mucho
la atención.
Las manos de mi Madre están arrugadas.
Sus venas se ven abultadas y gruesas líneas de piel, como
cordoncillos, dispersos, se cruzan entre sí.
De primera intención sus manos me parecieron feas, pero me
puse a meditar en lo que esas manos significaban para mí
y al mirarlas de nuevo las vi hermosas, dignas, fuertes,
como envueltas en una luz diamantina.
Esas manos fueron tiernas y débiles un día;
luego fueron creciendo y cobraron fuerzas,
y se hicieron bonitas.
Pero el peso de los años y el sello del trabajo las
envejecieron y arrugaron.
Ahora son manos de una mujer madura
noble que se ha ido doblegando ante los ímpetus de la vida.
Yo amo esas manos.
Ellas se abrieron para cargarme cuando apenas yo era un
bultito de carne y huesos.
Siempre estuvieron solícitas para guiar mis pasos trémulos
en mi niñez, inciertos en mi juventud y aún no siempre firmes en mi madurez.
Esas manos prepararon con amor sin igual los alimentos que
me dieron vida.
Más de una vez apretaron la vara para castigarme por alguna
falta cometida.
Fueron manos constructoras, que tenían el encanto de
transmitir amistad e inyectar estímulo. Por los dedos de esas manos se derrama
la luz de un corazón amante, o fueron como hilos dorados que se entretejieron a
mi alrededor para darme protección.
En el hogar esas manos se mantuvieron ocupadas haciendo mil
cosas, siempre abiertas para hacer el bien.
Ahora son manos temblorosas, arrugadas y sin mucha fuerza.
Pero no han dejado de ser una inspiración para mí,
porque ellas todavía se estiran para abrirle la puerta al hijo
que vuelve a la casa.
Para sostener la taza de café con que me obsequia durante
mis visitas o para saludar a cuantos se acercan a ella.
En la tela de la historia, las manos de las madres han hecho
mucha labor. Antes de salir del cuarto, yo me incliné y besé las manos, las
bellas manos de mi dulce Madre.
Y tú,
¿Te has detenido a contemplar las manos de tu Madre?
Ámala, dale el amor que necesita ahora que la tienes,
recuerda que el pasado está muerto,
el presente es ahorita,
y que el futuro no existe.
Un hombre preguntó a un sabio si debía quedarse con su esposa o su amante, el sabio tomo dos flores en su mano una rosa y un cactus, ento...
La Rosa y el Cactu
Un hombre preguntó a un sabio si debía quedarse con su
esposa o su amante, el sabio tomo dos flores en su mano una rosa y un cactus,
entonces le preguntó:
-Si yo te doy a escoger cual de estas 2 eliges?
Y el hombre sonrió y dijo:
- La rosa es lógico
Y el sabio respondió:
A veces los hombres se dejan llevar por la belleza externa
no sabiendo lo que el interior trae y eligen lo que brille mas o lo que llama
más la atención... pero en esos placeres NO suele estar el amor, yo me quedaría
con el cactus por que la rosa se marchita y muere, el cactus en cambio sin
importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas y
floreciendo con esas inigualables y bellas flores como nadie mas puede darlas.
Tu mujer conoce tus defectos, tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus
malos ratos, te ve cuando te despiertas y aun así esta contigo... tu amante
conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu sonrisa, tu mejor
vestimenta, los lugares lindos que frecuentas,
por eso esta contigo, ahora dime hombre con quien te quedaras ahora?
Piensa bien, porque a veces se deja "el todo" por
"el nada".
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