No dejes nunca que te gane el orgullo,
sé humilde.
Pues el orgullo mata tantas cosas...
Sé una persona orgullosa
y acabarás solo...
El orgullo destruye
la humildad construye.
El orgullo te hace mirar sólo para ti,
la humildad te hace mirar para los demás.
El orgullo es como aquella piedra
que una vez lanzada,
destruye todo lo que se encuentra por el camino...
Luego, con el paso del tiempo
son tantos los que lloran por culpa de su orgullo...
Se dan cuenta del tiempo perdido,
del daño que han causado...
y lloran por tantas cosas bellas que mataron con su orgullo.
Las personas orgullosas
son aquellas que no tienen ojos para ver fuera de sí,
están encerradas en sí mismas
y no ven lo que pasa a su alrededor...
Cuando estas personas aprendan a vivir en paz,
sabiendo que no son los únicos seres que hay en el mundo,
y aprendan a pensar en cómo hacer felices a los demás;
Aprenderán a ser humildes,
pues los humildes; saben pedir perdón y acusarse,
y quién sabe pedir perdón
es quien sabe ver y aceptar
que se ha equivocado,
que ha hecho mal,
que ha dañado a los demás,
que ha dañado a Dios con su mal...
Reza para ser humilde...
Y Dios te hará humilde...
La humildad es esencial para poder ser santo.
Tira el orgullo por la ventana y deja entrar en ti la
humildad,
que es el cariño hacia los demás,
el amor a Dios sobre todas las cosas y personas.
Sé humilde, BENDICIONES
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